cuando una montaña tóxica cae desde las estrellas inmemorables
sobre el vientre del cerebro.
Humo piden las gargantas suicidas,
agujas retorcidas ruegan las banales venas
y polvo blanco las atrofiadas narices.
De pronto deja de oler a rosado futuro
por vivir en el repitiente momento
de maravillosas pesadillas,
y se acaba la ruta del horizonte
en un día sin tiempo ni Dios.
Agnieszka M. Rybarczyk Feder
Agnieszka M. Rybarczyk Feder
1 comentario:
Hola gracias por tu comentario.
Tengo mucha pena no sé escribir en castelhano.
Espero que me entenda.
Aguardo las fotos de tus gatitos.
Bejos Patrícia
http://narizinhoekiko.blogspot.com/
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